11 de noviembre de 2008

Historias del Metro

Todas las mañanas me toca coger el metro, la verdad es que es tan aburrido que no me queda más remedio que observar a la gente cuando no tengo nada para leer, o no tengo mi ipod.

Esta mañana, entre la multitud, entró una chica de unos veintitantos años, vestida con la ropa de trabajo normal para una oficina (falda, chaqueta, tacones, etc.). Cuando el vagón se despejó un poco, se sentó en los asientos de enfrente de donde yo estaba, ésto seria lo más normal del mundo si no fuera porque cuando se sentó, lo hizo de una forma muy "masculina". Normalmente, las chicas cuando llevamos falda, sobretodo si es por encima de las rodillas o más corta, cruzamos las piernas, pero ella... Bueno, yo no me imaginaba que cuando se iba a sentar, lo iba a hacer con las piernas sin cruzar y lo suficientemente separadas para verle su ropa interior, -esta chica no esta acostumbrada a llevar falda- pensé. Sé que no es de mi incumbencia pero quería decirle algo o hacerle un gesto... Al final me dío verguenza y no le dije nada, también pensaba que si alguien me lo dijera a mí me moriría de la verguenza, a lo mejor hice mal... Lo que es seguro es que mañana me llevo un libro sin falta.

metro1

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