Como ayer era mi día libre y el de otro compañero, nos fuimos con uno de ellos a ponernos las botas por ahí, más que nada porque nuestro jefe queria comer carabineros, ya que en Japón no los encuentra (esto último me ha hecho plantearme si quiero volver a Japón o no, :D)
Esta es mi cara de felicidad en el Mercado de San Miguel:
Pero antes...
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Como quedamos en el Oso y el Madroño (punto de encuentro oficial de todo madrileño), de camino a la Plaza Mayor, nos desviamos un poquito y fuimos a Casa Labra, junto al Corte Inglés, para tomar bacalao rebozado y croquetas. La foto de la izquierda es el bacalao y la de la derecha son las croquetas... en la foto parecen igual pero de verdad que son dos cosas diferentes ;)
Después llegamos al famoso Mercado de San Miguel, tenía muchisimas ganas de ir y me da verguenza admitir que siendo madrileña todavia no habia ido despues de su reforma. Mirase donde mirase habia cosas ricas: mariscos, pinchos, ostras, más pinchos, quesos, jamones, dulces y más dulces!
Pero la cosa no termina ahi, después nos fuimos a caminar por la Latina y llegamos al Mesón del Champiñon, donde comimos champiñones, obviamente. Estaban tan ricos que repetimos y todo.
Más tarde llegamos a la zona de Huertas y seguimos con el marisco en la Casa del Abuelo, comimos gambas a la plancha y gambas al ajillo.
Y para terminar fuimos a la marisquería Ribeira do Miño, en Tribunal, comimos pulpo a la feira y, aunque somos amantes del marisco, como ya habeis visto, nos dio un antojo de carne y compartimos un entrecot de buey con patatas y pimientos del padrón, a mi jefe le tocaron todos los que picaban, pobre...
Y eso es todo, creo que todavia estoy haciendo la digestión.
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